Soy Marta, soy Escort y he estado en Valencia ejerciendo como trabajadora sexual independiente durante veinte siete días en la ciudad.
Me anuncié en varias páginas de anuncios de Putas Valencia y la verdad que tuve mucho éxito. Recibía todos los días muchísimas llamadas de seguidores de todas las webs.
Llegué a la Valencia invitada por una amiga a trabajar en su apartamento, antes de aterrizar en el aeropuerto de Manises, tenía serias dudas: «En Valencia, los hombres son muy exigentes y las citas deben de ser muy ardientes, los servicios que ofrezcas en el anuncio, debes hacerlos con mucha dedicación. En caso de no realizar lo que publicistas, en un breve espacio de tiempo, en los principales foros de sexo con escorts en Valencia, los clientes lo compartirán y evidentemente el flujo de llamadas y citas será muy bajo; en cambio, si el anuncio es real, los comentarios positivos harán que el trabajo eche humo.
Uno de los consejos que mas tuve en consideración fue de el del Francés Natural. «Es preferible que no lo publicites y si en la intimidad con el cliente en tus Valencia Citas, te apetece hacerlo, avisas de que no lo publicas porque algunos hombres no cumplen con la higiene adecuada».
Así es que evité publicar el citado servicio y hacerlo si lo veía oportuno. Puedo afirmar que en dos tercios de mis citas, la chupaba sin condón.
Una de las sorpresas mas agradables para mi, sin duda era el carácter liberal de los hombres en el sexo, muchos hombres, quizás la mitad de los encuentros, los varones solicitaban el servicio de estimulación anal o como lo llaman la mayoría, Masaje prostático.
Un buen día, recibí la llamada de un hombre que tenía la voz de un narrador de historias de intriga de la radio, tan al solo al escuchar su voz, sentí una sensación … Me puso muy cachonda.
«He visto su anuncio en EroticaValencia (…) »
Quedamos a eso de las 20:30 de la tarde, era jueves y llovía con ahínco en Valencia.
Debido a los problemas de aparcamiento que existen en la zona donde estaba situado el apartamento, el caballero de la voz erótica, llegó totalmente mojado a la cita.
Al abrir la puerta descubrí al hombre que escondía esa voz, pelo grisáceo por las canas, barba corta y perfectamente perfilada, sobre metro ochenta y cinco, apuesto, educado, culto, no era guapo, la definición era altamente atractivo y seductor.
Le invité a darse la ducha caliente en la mayor brevedad posible, tomé prestado el calefactor de mi compañera de apartamento con el fin de caldear el baño.
A la vuelta a la habitación, estaba casi desnudo. El hombre poseía un cuerpo espectacular, torso, brazos, abdomen, piernas … Todo era producto de hacer mucho deporte, lo que suele describirse como «Cuerpo Fitness».
En ese instante, se quitó los calzoncillos, otra sorpresa, no eran Clavin Klein, eran Giorgio Armani.
Lo que escondía era una polla grande, estaba totalmente depilado y pese a estar totalmente mojado por la lluvia, el aroma que desprendía, sin duda activó mis feromonas.
¿Te gustaría compartir la ducha conmigo y asearnos juntos?
¡Qué cabronazo! – Pensé –
Por un momento creí que había leído mis pensamientos, mas tarde recapacité y debí poner cara de tonta o se notó mucho que se me cayó la baba ….
Conecté el calefactor en el baño y abrí el grifo del agua caliente.
Entro al baño y ví como se calentaba las manos en la estufa eléctrica, salió del mismo y me dijo: «¿Me permites que te desnude?
Acepté sin dudarlo.
Se puso justo detrás de mi, con delicadeza fue quitándome el vestido de noche con el que lo recibí.
Cuando sus manos desabrochaban mi sujetador, comenzó a susurrarme al oído. En ese momento, mi piel se puso como la de una gallina y el coño humedeció. Es cuando beso mi cuello y perdí el control.
Vamos a la ducha -insistió-
El vaho era el protagonista del baño, regulé la temperatura del agua y le invité a acompañarme, cerré las puertas de la mampara, le dejé que se pusiera debajo del chorro del agua, tomé el gel de baño para partes íntimas y agarré esa preciosa polla con la mano izquierda. No estaba circuncidado, así es que el glande era suave y delicado, tras enjabonarlo a conciencia, no pude resistirme y comencé un delicioso Francés natural, sin manos (…)
¿Puedo enjabonarte yo a tí? -Preguntó cuando estaba de cuclillas y lamiendo sus testículos.
Claro que sí – Respondí mientras me ponía nuevamente de pie.
En preciso instante es cuando me agarró por los pechos y comenzó a dar sutiles besos, succiones y mordiscos en los pezones. Lo aparté de manera un tanto brusca, estaba super excitada y tenía ganas de besarlo, como lo hacen los amantes (…)
Tomó mi coño suavemente y mezcló el higiene con estimulación vaginal, tras aclarar la zona, tomó el protagonismo un espectacular e indescriptible cunnilingus. Cachonda no era la mejor de las palabras para definir como estaba en aquel momento, ese hombre podía hacer conmigo lo que quisiera, era presa de sus dotes de amante, jamás había follado con un hombre así, aunque me había masturbado en multitud de ocasiones e incluso imaginado con algún cliente que era Hugh Jackman, hombre que me vuelve totalmente loca. Pero este caballero superaba con creces a Lobezno, mas guapo, mejor cuerpo y seguramente mejor seductor; lo siento Hugh.
Ya en la cama, con el control de la situación totalmente perdido y fuera de mi, tomé un preservativo sensitivo y se lo puse con la boca, no podía aguantar mas tiempo, quería ser penetrada cuanto antes.
Estaba arrodillada al borde de la cama y tenía la intención de darme la vuelta para que me follara a cuatro patas, pero invitó a que me levantara para levantarme y penetrarme, lo que comúnmente se llama la pose de «la cunita», la polla entró entera, estaba tan húmeda que entró profundamente, no sentí dolor alguno, pero lanza un gemido de placer que no recuerdo haber exclamado con anterioridad. Con tan solo tres pasitos, logró alcanzar la pared de la habitación y apoyar mi espalda en la pared para poder embestirme con tesón, abrí mas aun las piernas y no paré de exclamar «Fóllame, fóllame (…)»
Exhausta y sintiendo la necesidad de que parara para cambiar de postura, no por nada, estaba apunto de correrme y no llevábamos mas que unos minutos, así es que con sutileza me acercó nuevamente cerca de la cama, no dejó que me tumbara, me dio la vuelta y volvió a penetrarme de pie, la pose del «banquito».
Tras varias sacudidas, evité de nuevo el orgasmo y me deje caer boca abajo en la cama, se sentó sobre mi, pero al revés e introdujo nuevamente la polla en la posición del «Perro Bocarriba».
Sabía que estaba fuera de mi, en cualquier momento iba a ser presa del orgasmo y así sucedió.
Derrotada por el clímax, relajé los músculos, el culo estaba a su disposición, no tardó en comenzar a recorrer mi cuello, espalda, piernas, pies y de repente, noté como la lengua había tomado mi ano. Jamás dejo que nadie me coma el culo, tan solo una pareja sentimental había logrado ese propósito y practicar sexo anal. El amor griego solamente lo practico en la intimidad con mi dildo.
Me follaba el culo suavemente hasta que volví a recuperar el aliento y le invité a que las embestidas fuesen cada vez mas profundas y con mayor velocidad. Estaba nuevamente a punto de correrme cuando sacó la polla del ano, me dio la vuelta y la puso entre mis enormes tetas, las agarró para hacer la cubanita y se convirtió en una corbata francesa, con el dedo anular (imagino) alcanzó el clítoris y después de unos instantes, conseguimos sincronizar la corrida, su lechita llenó mi boca (…)
Cuando nos estábamos despidiendo, me dijo:
¿Sabes una cosa cielo?
No -Respondí-
No te he dado tus honorarios, espero que eso no te suceda con frecuencia. Sacó de su billetera un tanto humedecida por la lluvia y dejó encima del aparador de la habitación tres billetes de cien euros.
Me ruboricé de tal manera, que terminó por pedirme disculpas. Sin pretenderlo, me había enamorado de un cliente.